C. va de tocapelotas, juega conmigo, se insinúa, me tienta, y todo para castigarme al día siguiente con su indiferencia. Yo finjo no enterarme, me centro fríamente en la neutra conversación, pues al fin y al cabo no es el momento ni el lugar, pero por dentro me engancho por enésima vez, fantaseo entre nubes un rato, acabo cayendo desde lo alto y se me fractura el corazón. He pasado tantas veces por lo mismo...
Sólo que ahora C. se marcha de aquí y probablemente no nos volvamos a ver. Qué tiempo tan absurdamente perdido; apenas me he fijado en nadie más durante unos años, salvo la época en que A. iba detrás de mí (por increíble que me parezca). Ahí acabé por fijarme yo en él, pero demasiado tarde. O tal vez sólo le interesé mientras no le hacía mucho caso. No sé, acabó volando por su cuenta y eso no me dolió apenas.
Y ahora, con C., no es así... qué dolor... Maldito verano maldito.
Nunca encontraré a nadie, soy la pieza perdida del puzzle, esa que ya ni se busca. Llevo así desde hace demasiado tiempo, tal vez más de veinte años, y no creo que vaya a cambiar. No aprendí las estrategias adecuadas en mi adolescencia hecha de aislamiento y rabia. Peor todavía, me creí las mentiras de las películas románticas.
Ahora veo más claro lo que intuía: cuando vas a perder a alguien es cuando te das cuenta de que sí te gustaba. Igual que pasa con la salud.Mi vida, de por sí, ya es una película de miedo. De aislamiento terrorífico, más bien. Será por eso que me gusta ver pelis de terror, porque al menos es un terror de bolsillo, algo que no te puede hacer más daño que alguna noche de insomnio, en el peor de los casos. Bueno, ahí va la crítica de dos que he visto últimamente:
Una: Al final de la escalera, americana, de los años 80. Va de casas encantadas, de un niño muerto que busca paz... Stop, no quiero reventar el argumento; simplemente quiero recomendarla, ya que está bien hecha y muy bien interpretada.
Dos: La sombra del vampiro. También americana, si no me equivoco, pero con un actor de nombre holandés: Willem Dafoe. Sólo por su trabajo ya merece la pena verla; está irreconocible y pone unas caras dignas de póster.
... Por cierto, la próxima que quiero ver es Nosferatu.
http://asbestosisblog.blogspot.com/2014/01/madres.html
Sólo que ahora C. se marcha de aquí y probablemente no nos volvamos a ver. Qué tiempo tan absurdamente perdido; apenas me he fijado en nadie más durante unos años, salvo la época en que A. iba detrás de mí (por increíble que me parezca). Ahí acabé por fijarme yo en él, pero demasiado tarde. O tal vez sólo le interesé mientras no le hacía mucho caso. No sé, acabó volando por su cuenta y eso no me dolió apenas.
Y ahora, con C., no es así... qué dolor... Maldito verano maldito.
Nunca encontraré a nadie, soy la pieza perdida del puzzle, esa que ya ni se busca. Llevo así desde hace demasiado tiempo, tal vez más de veinte años, y no creo que vaya a cambiar. No aprendí las estrategias adecuadas en mi adolescencia hecha de aislamiento y rabia. Peor todavía, me creí las mentiras de las películas románticas.
Ahora veo más claro lo que intuía: cuando vas a perder a alguien es cuando te das cuenta de que sí te gustaba. Igual que pasa con la salud.Mi vida, de por sí, ya es una película de miedo. De aislamiento terrorífico, más bien. Será por eso que me gusta ver pelis de terror, porque al menos es un terror de bolsillo, algo que no te puede hacer más daño que alguna noche de insomnio, en el peor de los casos. Bueno, ahí va la crítica de dos que he visto últimamente:
Una: Al final de la escalera, americana, de los años 80. Va de casas encantadas, de un niño muerto que busca paz... Stop, no quiero reventar el argumento; simplemente quiero recomendarla, ya que está bien hecha y muy bien interpretada.
Dos: La sombra del vampiro. También americana, si no me equivoco, pero con un actor de nombre holandés: Willem Dafoe. Sólo por su trabajo ya merece la pena verla; está irreconocible y pone unas caras dignas de póster.
... Por cierto, la próxima que quiero ver es Nosferatu.
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